Olimpiadas de matemáticas en Cens 454

Se celebraron en la escuela de la  Unidad 32 de Florencio Varela, las Olimpiadas de Matemáticas, un encuentro entre alumnos de escuelas privadas y detenidos  que asisten a la escuela secundaria, este evento reunió  a 20 adolescentes de las escuelas Beltrant Russel y San Albano de la localidad de Bandfield, que trabajaron conjuntamente con 12 estudiantes de la U32.

Este evento se realiza hace 10 años consecutivos y está a cargo del profesor Hernán de la Canal, tiene como finalidad genera puentes de inclusión y un espacio de conexión entre el adentro y el afuera. De la Canal comentó que la modalidad cociste en  "juntar dos internos- alumnos del CENS con dos alumnos de la comunidad para que relacionen y planteen diferentes puntos de vista al resolver los problemas plasmados en las hojas”.

Tiene como objetivo fundamental estimular entre los jóvenes la capacidad para resolver problemas mediante competencias. Para el filosofo y matemático Rene Cartesius "todo problema resuelto se convierte en una idea que aplicar a los que están por resolver" resolver un problema no siempre consiste en tener una idea feliz pero es más útil relacionarlo con otros problemas que ya hayamos resuelto o con algún conocimiento previo.

La participación en esta competencia  es voluntaria  y enfocada a alumnos de todos los niveles, se  organizan en distintas propuestas a lo largo del año. Las principales competencias son la Olimpíada Matemática Argentina, para alumnos de secundaria, y la Olimpíada Matemática Ñandú en primaria.

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El fotografo Valerio Bispuri visitó la Unidad 24

 Valerio Bispuri, fotografo italiano, esta recorriendo América del Sur hace 10 años, y fotografió 74 cárceles. Ya con su trabajo terminado, un libro titulado Encerrados que se presentará en Argentina a fin de año,  su deseo es  ingresar y mostrar dentro de alguna cárcel su obra. Tuvo la posibilidad de llevarlo a Devoto donde años atrás estuvo sacando fotos y en ese marco fue invitado por la dirección del CENS 454 a Florencio Varela.  
Nos mostró parte de su trabajo y respondió preguntas de alumnos en una charla que duró más de dos horas.


Sobre el libro


Encerrados es la historia de un largo viaje de 10 años a través de 74 prisiones de toda Latinoamérica; un recorrido que nació del deseo de narrar un continente a través del mundo de los reclusos. Las cárceles son un reflejo de la sociedad, un espejo de lo que ocurre en un país, desde los pequeños dramas hasta las grandes crisis económicas y sociales.

La prisión es una comunidad, un no-lugar en el que sin embargo, se vive diariamente con ritmos y espacios bien definidos y en condiciones a menudo al límite de lo humano, como cuando duermen 18 personas en celdas previstas para 4 y el retrete es un simple agujero en un pasillo.

Cada prisión ha sido una manera de poder narrar un continente desde dentro y desde fuera, descubriendo luces donde todo parecía oscuridad. El reflejo de la violencia y de la vitalidad se contraponen en un único segmento que es, a fin de cuentas, la historia de América Latina.

Valerio Bispuri

Nació en Roma el año 1971, ciudad donde vive actualmente. Es guaduado en Literatura en la Universidad y ha sido peridodista y fotográfo profesional desde 2001. Ha trabajado para algunos de los más importantes periódicos y revistas de Italia, como L’Espresso, Venerdi de Repubblica y L’Internazionale.

Ha realizado un amplio trabajo fotográfico en América latina, Africa, Asia y en Medio Oriente Y ha exhibido sus trabajos en Italia, España y Argentina. En Italia expuso una muestra sobre los barrios marginales de Ecuador en Lila : Instituto Italiano- Latinoamericano de Roma. Durante los últimos nueve años Valerio Bispuri a documentado la vida en 74 presiones de toda Sudamérica.

En el año 2009 exhibió su trabajo sobre las prisiones argentinas en el Centro Cultural Recoleta en Buenos Aires durante el Festival de Derechos Humanos. Actualmente, se encuentra trabajando sobre los efectos de la droga denominada “Paco” o pasta base de la cocaína, la cual se hace del residuo de la cocaína mezclado con químicos, vidrio hecho polvo, constituyéndose en una sustancia que es altamente adictiva que mata diariamente a muchos jóvenes en Sudamérica.

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Dos informes señalan que la situación carcelaria es la peor en 10 años

Se trata de un balance realizado por el Centro de Estudios Sociales y Legales (CELS) que relevo datos luego de la declaración de "emergencia nacional por inseguridad" en provincia de Buenos Aires y el informe anual del Comité contra la tortura al que pertenece el Nobel de la paz Adolfo Perez Esquivel, ambos hacen un balance crítico y  denuncian un incremento  de vejaciones y violaciones a los derechos humanos y una pauperización de las condiciones en cárceles federales y provinciales.

El Colapso del sistema penal

La última decada estuvo signada por el incremento sistematico de la cantidad de detenidos, duplicando la población carcelaria en argentina ya que esta cerca de los 65 mil detenidos e incrementando la tasa por encarcelamiento en 218 presos cada 100 mil habitantes.

La superpoblación carcelaria supera en un 80% la capacidad operativa del establecimiento, lo que genera que las administraciones penitenciarias generen estrategias tales como duplicación de camas en espacios colectivos, alojamiento en comisarias o en salas de espera y oficinas administrativas. Como consecuencia del hacinamiento crecen las denuncias por tortura y malos tratos. Se advierte además que el aumento de los encarcelamiento no se corresponde con un incremento del delito.


Asesinatos perpetradas por el estado

Luego de la declarada emergencia en seguridad se registraron 84 asesinatos de supuestos delincuentes, en manos de los de las fuerzas de seguridad, duplica los casos en años anteriores, aunque suele utilizarse como un indicador del éxito muchos de estos casos están en la justicia por denuncias de gatillo fácil.

Muertes en cárceles 

Según el informe de la Procuraduría contra la Violencia Institucional (Procuvin) en las carceles argentinas muere una persona cada 36 horas. Estas muertes se producen de forma violenta o por desatención. La mayoría de las muertes se producen en los penales de Buenos Aires, a excepción de la unidad de Rawson que tiene el indice más alto de mortalidad del país.

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Gitara en Ruanda: Una de las prisiones más violentas del mundo

Se dice en la ciudad  de Gitarama que su prisión es el infierno en la tierra, la cantidad de presos supera 20 veces la capacidad de la cárcel, no hay comida para todos por lo que se recurre al canibalismo como práctica habitual.

La prisión de Gitarama está situada en los bordes de una selva, sobre un terreno cercado con un muro no muy alto de concreto armado y alambre de púas, sin embargo las fugas no son un problema ya que el campo circundante está atestado de minas terrestres artesanales.  Los que intentan cruzar este umbral  terminan mutilados o muertos, muchos regresan a la cárcel heridos con la esperanza de recibir alguna atención. Sin embargo son pocos los que se atreven a pasar del perímetro de seguridad, ya que los guardias han fusilado a fallidos fugitivos.De la misma manera cualquier persona que circule por los alrededores  sin la identificación es ejecutada. 

La prisión está conformada por dos edificios de cuatro plantas cada uno. Construidos específicamente con concreto de color ocre. Los edificios fueron parte de un complejo habitacional en 1960, construidos por una multinacional británica para que sirvieran de vivienda a sus empleados. Cuando la empresa cerró, el lugar fue alquilado por el gobierno dictatorial con el objetivo de transformarlo en una prisión política. Desde entonces, las cosas no han cambiado mucho, a pesar de que Ruanda ha tenido la transición de diferentes gobiernos, cada uno de ellos parece encontrar un uso práctico para Gitarama.

Se estima que la población penitenciaria alcanza los 7,000 individuos. Siete mil personas amontonadas en dos edificios de cuatro plantas cada uno. El hacinamiento ha provocado que los convictos se distribuyan en todos los espacios posibles. El espacio es una de las cosas más valiosas en este sitio. Una capacidad razonable para los estándares occidentales debería ser de un máximo de 400 prisioneros.

Los detenidos son confinados a las antiguas habitaciones de los apartamentos con las ventanas selladas con barrotes de hierro. En estos espacios cerrados y oscuros el hedor es del infierno. Las escaleras y los pasillos siempre se encuentran atestados de presos que no se atreven sentarse o acostarse por miedo a ser aplastados. Pueden caminar por el patio que tiene el tamaño de una cuadra de fútbol de salón con techo, y eso es todo. Aquellos con suerte logran encontrar un espacio en los “dormitorios” donde pueden tumbarse y tal vez dormir. Pero la sobrepoblación es tal que incluso los baños (los 20 existentes) están siempre llenos. La prisión de Gitarama es simplemente demasiado pequeña para la ridícula cantidad de personas presas allí. Solo como dato de referencia, esta prisión nunca sería aprobada por la agencia reguladora de los derechos de los animales en el Reino Unido, responsable de las normas de arbitraje de los mataderos.

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