“La escuela es un lugar donde pensar un futuro mejor”
Los estudiantes de 3er año del Cens 454 dialogaron con el Vicedirector Mario Fort y la secretaria Maria Luz Maero, sobre su visión de la educación dentro de las unidades penales y la situación de la escuela de la U32.
Muchos de los detenidos encuentran en la escuela un espacio de libertad que los ayuda a romper el aislamiento y la rutina. Considerando que la educación es un derecho que se les negó afuera Fort apunta a una escuela activa dentro de la realidad carcelaria: “La escuela es un lugar para pensar un futuro mejor para todos y cada uno tendrá en su historia cosas para revisar, es algo que debemos hacer todos todo el tiempo, no solo los privados de libertad, lo que es claro es que las cárceles están pobladas por personas de un determinado sector social, que en su mayoría han visto postergados el derecho a la educación, entonces también es una forma de ver que hacemos con ese pasado que siempre es pesado además en la cárcel suelen estar las peores versiones de la educación, este suele ser un lugar donde siempre se aprende menos y yo quisiera cambiar eso”
Los estudiantes del cens 454 están privados de su libertad pero no del derecho a la educación, por eso manifiestan su preocupación por el estado de la escuela de la Unidad.
En primer lugar comenzó el ciclo lectivo con una falta importante de bancos y sillas o en mal estado, teniendo que dar clases con docentes y alumnos parados o sentados en el suelo.
Como iniciativa estudiantes de varios años iniciaron un pedido solidario de materiales para poder construir lo que falta.
“Acá se da una paradoja, tenemos el lugar más interesante para dar clases en cuanto a los alumnos, este es el lugar más cálido, pero es una unidad que no tiene edificio de escuela, acá damos clases en un edificio que fue creado como sanidad (atención médica), se diseñó para eso, entonces partimos desde que estamos en un espacio que no fue pensado para una escuela, acá tenemos una crisis que no hay bancos ni sillas, pero no los hay en toda la cárcel, faltan para las visitas y suelen salir de acá porque todos quieren atender a su familia de la mejor manera, pero hay una crisis y un faltante importante. También a veces tenemos problemas con la guardia externa, que nos hace problemas para pasar elementos mínimos y didácticos como una computadora. Pero raramente es la única unidad que deja entrar a los chicos de secundaria para las olimpiadas de matemáticas. Es una unidad con clarooscuros. Pero si pensamos que acá además hay más de 700 detenidos y la mayoría no terminó el secundario tendríamos una demanda impresionante, tomando en cuenta también que los jueces extorsionan al detenido para que estudie y la libertad es deseable para todos, no creo que sea bueno diferenciar a quienes vienen por un beneficio de los que tienen un deseo genuino de estudiar, porque en una situación de vida o muerte como es la cárcel, todos buscaríamos ese beneficio y la escuela no se puede poner en otra postura que en la de brindar un lugar”
La escuela secundaria secundaria funciona en la Unidad 32, 54, 24 y 41. Por lo cual es difícil para el personal directivo tener presencia en las distintas sedes. Ante la consulta sobre la función que debe cumplir los profesores y personal directivo de la escuela Fort señala que las escuelas en contextos de encierro necesitan una actividad permanente del equipo “Uno como directivo puede establecer algunas políticas sobre lo que nos parece mejor, aunque sabemos en el contexto que estamos, la cárcel es tiempo muerto para todos, la cárcel mata, enferma, para mi la escuela es un espacio de militancia social, yo creo que tiene que apuntar a que el privado de libertad que siempre sale dañado de acá, salga con el menor daño posible. Que salga con alguna herramienta o algún pensamiento con la que pueda construir un futuro de salud el día de mañana.. Nunca pienso la escuela como un lugar donde hay que convencer de algo a los detenidos, ni como un lugar de resocialización, esas ideas son funestas”
Tanto los docentes como los estudiantes están inmersos en la realidad de un tiempo vacío de encierro y este planteo se hace presente en todo momento y en cada uno de los encuentros, en este diálogo todos coinciden con las consecuencias nocivas que tiene el aislamiento y hacinamiento: “La cárcel es un sistema de crueldad, no es sólo privación de libertad, hoy está más cerca de un campo de exterminio que de cualquier otra cosa, pero con la cantidad de gente encerrada tampoco hay recursos para dar una atención digna, el sistema tiene todo lo necesario para hacer de la cárcel algo muy violento” sintetizó el vicedirector.
La escuela y la cárcel son instituciones de control social, la escuela como cárcel, la cárcel como escuela. Los estudiantes concluyen que desean una educación que enseñe a ser libre, inta y extra muros, que permita al detenido proyectar su futuro. La escuela como inclusión, como espacio de resistencia.